lunes, 23 de junio de 2014

XIII Medio Maratón San Lorenzo del Escorial: ¡¡¡Madre mía, qué cuestas!!!

En primer lugar, para abrir esta entrada, quiero hacer una mención especial de la Agrupación Deportiva San Lorenzo, organizadora de esta carrera, por su invitación para participar en la misma, y sus desvelos y atenciones durante toda la carrera, así como el detalle que tuvieron con Roberto a la finalización de la prueba.
En esta ocasión, mi aportación no es tanto numérica como de sensaciones. En un recorrido duro como el de el Medio Maratón de San Lorenzo del Escorial (con cerca de 500 metros de desnivel positivo acumulado), sabíamos que el objetivo de marca era lo de menos: queríamos bajar de dos horas, aunque lo que fundamentalmente nos interesaba era que no parásemos de correr en todos los tramos de subida... ¡que eran muchos!
Ya desde la salida nos centramos en ir regulando esfuerzos, sin preocuparnos en exceso del reloj. En el kilómetro 3, comienza el baile con las primeras rampas del Monte Abantos. Los kilómetros 3 a 6 son el tramo más duro del puerto: una subida dura, de altos porcentajes, con curvas cerradas en las que el objetivo es mantener un ritmo constante. A partir del kilómetro 6 y hasta el 9 la carretera sigue subiendo, pero el porcentaje de ascenso es menor, lo que permite incrementar el ritmo.
Una vez superado el kilómetro 9, comienza un tramo que en principio debería ser favorable para nosotros, tres kilómetros de descenso vertiginoso... pero el mal estado del asfalto, muy descarnado, provoca que Roberto tenga algún susto, lo que se traduce en una ralentización del ritmo. Intento animarle, indicándole que confíe en mi, que estoy eligiendo los pasos más sencillos... pero va con muchas reservas. Únicamente cuando llegamos al pueblo, con el cambio del asfalto recupera la confianza; pero empieza un constante callejeo con abundantes curvas y cambios de pendiente, que hacen que no podamos correr todo lo rápido que deseásemos.
Tras el kilómetro 16, comienza una de las zonas más bonitas de la carrera, que no deja de ser difícil: rodeamos la lonja del monasterio del Escorial, por una acera cubierta de grandes losas de granito... que desemboca en una rampa muy dura y adoquinada. Una vez hecha cumbre de esta última cuesta, viene una zona de calles bien asfaltadas que permiten incrementar el ritmo de manera notable, llegando fuerte a la línea de meta.
El resultado final satisface nuestros deseos: completamos el recorrido en 1:59:21, completando tanto la subida de Abantos como las cuestas de San Lorenzo corriendo en todo momento.
Durante la parte final de la carrera, Roberto me indicaba que no recordaba así la carrera... y que habría que replantearse volver a participar en ella. Pero pese a su dureza, es una carrera preciosa, con un recorrido técnico y divertido. Y además, como he indicado al principio, la organización se desvivió por atendernos, así que la Agrupación Deportiva San Lorenzo podrá contar con nuestra participación en ediciones posteriores.

Completamos, con esta carrera, la primera parte de nuestra preparación. A partir de ahora, durante la "sequía" de carreras de Julio y Agosto, el protagonismo lo tomarán las tiradas largas y los entrenamientos técnicos. Se trata, en estos dos meses, de aumentar el número de kilómetros a ritmo de maratón.
Deberíamos llegar, si todo transcurre como queremos, a que en la última tirada larga (finales de Agosto, principios de Septiembre) a que podamos mantener ritmos de 4:40 por kilómetro durante bastantes kilómetros de manera continuada, lo que nos daría la seguridad de obtener el resultado deseado en Berlín.

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